Poema 8



Quiénes se amaron como nosotros? Busquemos 
las antiguas cenizas del corazón quemado 
y allí que caigan uno por uno nuestros besos 
hasta que resucite la flor deshabitada. 
Amemos el amor que consumió su fruto 
y descendió a la tierra con rostro y poderío: 
tú y yo somos la luz que continúa, 
su inquebrantable espiga delicada. 
Al amor sepultado por tanto tiempo frío, 
por nieve y primavera, por olvido y otoño, 
acerquemos la luz de una nueva manzana, 
de la frescura abierta por una nueva herida, 
como el amor antiguo que camina en silencio 
por una eternidad de bocas enterradas.