Poema 2

Amo el trozo de tierra que tú eres, 
porque de las praderas planetarias 
otra estrella no tengo. Tú repites 
la multiplicación del universo. 
Tus anchos ojos son la luz que tengo 
de las constelaciones derrotadas, 
tu piel palpita como los caminos 
que recorre en la lluvia el meteoro. 
De tanta luna fueron para mí tus caderas, 
de todo el sol tu boca profunda y su delicia, 
de tanta luz ardiente como miel en la sombra 
tu corazón quemado por largos rayos rojos, 
y así recorro el fuego de tu forma besándote, 
pequeña y planetaria, paloma y geografía.